Volar es para pájaros, dijeron
los pegados a la tierra.
Pero él siguió soñando.
Pero él siguió soñando.
no lo intentes, piensa como todos,
no te escapes de la bandada".
Pero él siguió jugando.
"ten cuidado con los otros,
que son malos y pueden jugártela".
Pero él siguió repartiendo una sonrisa
y abriendo el corazón.
"todo eso, ya otros lo intentaron
y todos fracasaron", le repitieron.
Pero él abrió las manos como alas
y extendió los brazos cuanto pudo.
Queremos dar las gracias
porque así lo hizo un día y otro día.
Tú, que nos empujas desde dentro
y nos esperas en lo alto y lo profundo,
atiende nuestro ruego
que cada uno te dirige:
"yo también quiero volar".
Danos fuerzas y alas
para unirnos a toda la humanidad.
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